jueves, 18 de febrero de 2010

Trabajar.



Quizá lo más duro es sentirse preparado, fuerte y activo y darte cuenta de que todo eso ya no te sirve para nada...

Me he levantado y al mirar por la ventana he visto lo brillante que estaba el día, el cielo de un azul tan intenso que conseguía enamorar a tus retinas, el sol alto y orgulloso consiguiendo que la temperatura fuera más que agradable, una suave brisa del Sur soplando con delicadeza... y tras la ducha y un delicioso café, he salido a la calle con mi libreta de notas y mis 'papeles' a buscar los posibles lugares donde podría encontrar un hueco para que me dejasen arrimar el hombro y disponer de un trabajo pàra trabajar.

Nunca se me han caído los anillos por trabajar, nunca me han asustado ni los duros horarios, ni trabajar de noche, ni festivos, ni nada similar, siempre he intentado sacar la parte positiva y disfrutar de ello antes que dejarme amargar y ser peor que un torpe cascarrabias... dando lo mejor de mi, dejándome la piel y siendo más que responsable y, al final, sentirme bien.

Ahora inteno buscar algún trabajo para lo que me he preparado, porque he conseguido prepararme -un poco, diría yo- en algo que me entusiasma y que me enloquece, en algo que no está nada bien pagado -pero nada de nada- pero que me da igual porque lo adoro y eso consigue que lo disfrute y que las horas pasen como si fueran minutos, pero...

Pero he visto la cantidad de negocios cerrados, de lugares que llevaban toda la vida abiertos dando un servicio al público, a la ciudad, a la sociedad... y que han desaparecido sin dejar huella. Así que, bajo un sol casi primaveral y sonriente, he ido hasta la ciudad vecina a conocer 'in situ' cómo andaba el panorama... y aunque no era tan desalentador, casi... pero he podido sentir que no he perdido el tiempo porque he 'investigado' el mercado y creo que puedo tener alguna pequeña posibilidad... o por lo menos eso quiero creer. Eso quiero creer. Lo quiero. Creer.

Este año se prepara duro y este año tengo que conseguir un trabajo, ya no de lo que quiero y busco, sino un trabajo de lo que sea puesto que las facturas vienen igual y las tengo que pagar... y la puta crisis que estamos pagando las personitas de a pie, nos lo está poniendo bastante, bastante complicado, y aún así, no pierdo el buen humor, ni los ánimos, ni la esperanza. De lo contrario, si pierdo todo eso, ¿qué me queda...?

El lunes fui a recoger mi título, después de dos meses de prácticas trabajando como el que más y dándome cuenta de mi propia valía (cosa que desconocía en ese campo), y me quedé a comer con una "compañera/ya amiga" que tenía la moral por lo suelos y, como yo andaba un tanto mejor y con un talante más optimista, me la llevé a mi restaurante favorito (con precios muy anticrisis) y nos desahogamos. Ella acaba de llegar de Suecia (porque allí la situación tampoco es nada alentadora), y me decía que no era tan diferente a todo lo que está pasando aquí... sólo que con menos población y eso hace y consigue que las cosas no se vean tan negras.

El vino ayudó bastante a animarnos, a buscar aliento, a entremezclarnos, a apoyarnos, a darnos las manos y encontrar fuerzas para seguir adelante y no caer en una depresión oscura e insondable y poder llegar a buen puerto y luego, reírnos de todo esto... pero no es tan fácil, no... no lo es.

Cuando he terminado de anotar y decidir, de pensar y de andar, me he ido a comer a un bonito restaurante que me parecía muy caro (he sido invitado), lleno de oficinistas y banqueros/as, de secretarias/os de dirección y de ejecutivos/as, de propietarios/as de tiendas de marca de toda la vida... y he podido escuchar como muchos/as se quejaban de lo cansad@s que estaban y de lo poco que ganaban... y me sentía morir de envidia mientras mis ojos repasaban esas ropas de marca, esos zapatos carísimos, las manos de manicura y los peinados de alta peluquería... me moría de envidia porque tenían trabajo, no por otra cosa. Porque no envidio todo ese dineral que ganan, no envidio el poder ir cada dia a comer allí en la jornada laboral, no envidio lo que, por lo menos, aparentan... envidio el trabajo, el tener un sueldo fijo -por poco que sea- a final de mes y poder ir 'tirando'... nada más.

Porque no necesito grandes lujos, porque siempre me apaño con lo que tengo y, desde hace mucho, he aprendido a estirar el dinero de una forma tal que parece ciencia ficción... así que poco pido tal y como están las cosas.

Intentaré no perder el humor, ni mi pasión, ni mis fuerzas secretas y estoy seguro que, antes o después, tarde o temprano... algo voy a encontrar. Y es que, mientras volvía a casa, pensaba en todas las personas que están buscando trabajo día a día sin parar y que al anochecer se dan cuenta de que siguen con las manos vacías... vacías... igual de vacías... y hay que comer. Y pagar la luz. Y pagar el agua. Y pagar el gas. Y pagar la ropa. Y pagar... y pagar... y pagar...

Y pienso que yo ya no quiero un trabajo digno ni estable, y pienso que ya no me importa la jornada laboral, y pienso que ya me da igual tener que pasarme medio día en el tren o autobús para llegar, y pienso que... y pienso que todo eso me da igual porque lo único que quiero, pido y necesito es... trabajar.

^^

3 comentarios:

Roddo dijo...

"El trabajo dignifica". No recuerdo donde lo leí, pero lo recuerdo siempre, en especial cuando escucho a alguien mirar a otra persona en menos por la labor que realiza, por ganar menos sueldo o por ser de menos status su puesto.

Me crié gracias a que mi abuela planchaba ropa en casas vecinas y he trabajado desde los 12 años, en oficinas, en huertos, en radios, plazas de peaje, farmacias, ciber-cafes y ahora en el área de informática, así que sé del valor de trabajar para llegar a fin de mes y sentirse útil, especialmente cuando no he tenido donde emplearme durante meses, por falta de preparación universitaria, técnica o de buenos "contactos".

Me alegra que estés de vuelta, Gene. Seguro aparecerá algo bueno para tí.

Abrazos!!!

Lovelyfran dijo...

Encontrarás ese trabajo Gene, seguro. No has perdido el ánimo y la esperanza, y esa es la clave. Me acordaré de este post cada vez que maldiga mi trabajo por lo frustrante que me resulta.

genestel dijo...

No me preocupa, la verdad, encontrar trabajo, sé que lo voy a encontrar.

Es una protesta a lo mal que andan las cosas, porque las personas con las que me topo en sus trabajos... se quejan por vicio, te tratan mal y encima stán amargadas... No lo entiendo, tienen un trabajo, ganan un sueldo, pueden hacer mil cosas y encima... encima se amargan la vida por estar trabajando.

realmente el ser humano es bastante alucinante...

^^